¿Qué enseñar y
cómo aprender? Así es como se llama
el artículo que escribe Carlos Arroyo en el blog del País http://blogs.elpais.com/ayuda-al-estudiante/2013/04/que-ensenar-y-como-aprender.html.
Una vez más estamos ante la crítica de que en la escuela se siguen utilizando
métodos que pertenecen ya a otra época (en este caso lo enlaza con la época de
Fray Luis de León). Volvemos entonces a incidir en la idea de que nos
encontramos con alumnos del siglo XXI, con profesores del siglo XX y escuelas
del siglo XIX.
He de destacar que me ha gustado su comparación
entre qué ocurriría si trajéramos a un médico a los quirófanos de hoy en día y
qué ocurriría si trajéramos a un profesor. Es cierto, y estoy totalmente de
acuerdo con él, que un profesor se podría desenvolver totalmente en la escuela
porque no ha cambiado apenas, pero un médico no podría realizar su trabajo, y
al igual que pensamos en un médico, podemos hablar de otro tipo de trabajo como
puede ser un arquitecto o un ingeniero.
Los métodos que se utilizan en la escuela no son
nada innovadores, nos ponemos delante de los niños, cogemos el libro les
decimos por qué página tienen que abrirlo y comenzamos así nuestra “mejor forma”
de dar clase. Recuerdo que cuando iba al colegio te decían: Marina comienza a
leer y en eso consistía la explicación del profesor. Ahora y viendo cómo lo
hacen los profesores de mi hermana me doy cuenta que no ha cambiado nada en
absoluto, que todo sigue igual.
Y ya no hablemos de las nuevas tecnologías. Todos los
colegios han decidido mejorar sus instalaciones poniendo una pizarra digital en
sus aulas, pero ¿cuántas veces se utiliza en clase en realidad estas pizarras? ¿Una
vez por semana, dos como mucho? Sí esa es la realidad, gastas ese dinero para
luego no utilizarla.
Pero cuando hablamos de tecnologías no solamente
hablamos de las pizarras, sino de todos los elementos tecnológicos que se
podrían incorporar en las escuelas y que no se añaden a las formas de dar clase
porque los profesores no tienen ni idea de cómo utilizarlas. Aquí encontramos
uno de los mayores problemas, la formación de los profesores en cuanto a estas
nuevas herramientas. Unos cursos que ayudaran a los profesores a familiarizarse
con las nuevas tecnologías, harían que perdieran el miedo a utilizarlas, y esto
conseguiría que diesen clase desde otro punto de vista, saliendo del antiguo
método y adaptándose a lo que hoy en día se necesita en educación.
En conclusión, hace falta un cambio de mentalidad de
todas las personas para poder conseguir ese cambio tan ansiado que todos
esperamos, porque mientras eso no se produzca la mejora no llegara.
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